Científicos buscan en el fondo del mar tratamiento contra el cáncer o fabricar un nuevo antibiótico

La mayoría de los tratamientos del mar ayudan con el cáncer

 La mayoría de los tratamientos del mar ayudan con el cáncer 

Científicos buscan en el fondo del mar un tratamiento revolucionario contra el cáncer o por lo menos fabricar un nuevo antibiótico, a partir de moléculas localizadas en los microbios de sedimentos marinos, en las bacterias que viven en simbiosis con un molusco o en las secreciones de una esponja.

Esto, debido a que los investigadores creen que la molécula del próximo antibiótico o tratamiento contra el VIH podría estar escondido en una criatura del fondo del mar, pues desde 1969 se han desarrollado medicamentos que en su mayoría ayudan a tratar el cáncer, aunque también hay un antiviral contra el herpes procedente de una esponja de mar y un analgésico procedente de un caracol. 

La gran mayoría de los antibióticos y de los medicamentos contra el cáncer proceden de fuentes naturales”, aseguró William Fenical, profesor en el Instituto de oceanografía Scripps, en California.

Fenical empezó a investigar las moléculas marinas en 1973, en una época llena de escepticismo sobre la posibilidad de encontrar productos valiosos en el fondo del mar. Sin embargo, en los años 1980 encontró con su equipo un coral blando en las islas Bahamas. El animal producía una molécula antiinflamatoria que después se usaría en los productos cosméticos de la marca Estée Lauder.

Además, en 1991, también en Bahamas, los investigadores identificaron una bacteria desconocida, la Salinispora, que ha dado lugar a dos medicamentos contra el cáncer, que están actualmente en la fase final de ensayos clínicos.

Otro ejemplo de este tipo de investigación médica en el fondo del mar, es el de PharmaMar, una empresa española de biotecnología, que para elaborar su primer medicamento, tuvo que recoger primero 300 toneladas de ascidias bulbosas, una especie de invertebrado cilíndrico que se aferra a las rocas o debajo de los barcos, con la que se crearon tres medicamentos contra el cáncer.

Desde 1969 se han autorizaron 17 medicamentos de origen marino para tratar enfermedades. Unos 40 están además en la fase de ensayos clínicos, según la página web Marine Drug Pipeline.

Las muestras que se recogen en el fondo de los océanos consisten a veces simplemente en una pequeña cantidad de barro colocado en un tubo, pero la falta de presupuesto y el escaso apoyo de los laboratorios obligan a los científicos a depender de expediciones externas o de mucha imaginación para llegar a ellas.

Y es que, cuando una molécula revela finalmente sus beneficios, por ejemplo para la enfermedad del Alzheimer o la epilepsia, aún se necesitan décadas y cientos de millones de dólares para transformarla en medicamento.

Actualmente, sólo una pequeña cantidad de productos procedentes de recursos genéticos marinos llegan al mercado. No obstante, las negociaciones actuales de Naciones Unidas sobre un tratado para proteger la altamar han colocado estas investigaciones bajo los focos de los proyectores, ya que los Estados  se disputan el reparto de los beneficios de los recursos genéticos marinos, como los que se usan en medicamentos, bioplásticos o aditivos alimentarios, indicó Daniel Kachelriess, colíder de las negociaciones para la High Seas Alliance, una coalición de oenegés.

Las investigaciones en el fondo del mar buscan seguir los pasos del científico Alexander Fleming, quien en 1928 descubrió un moho que producía una sustancia y mataba a las bacterias, la penicilina.

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